martes, 4 de agosto de 2009

NOVELA: NO ME PIDAS SILENCIO


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Finalista en el Premio FELIPE TRIGO 2003

Preseleccionada al Premio Herralde de Novela 2003

Seleccionada Premio Relatos de Mujer Ayuntamiento Bilbao 2003


CAPÍTULO I

La mariposa levantó el vuelo sin molestar al aire y, con su brisa de abanico entre las alas, acarició el rostro de la dama pintada en el lienzo, espolvoreó los colores de sus paletas mágicas en un aleteo insistente, como dirigiendo un alegreto en do mayor, y puso carmín en su boca acartonada, una pizca de violeta en sus ojos altivos y un brillo encarnado en los pómulos soberbios. ¡Vanessa Cardui! ¡Vanessa Cardui!. Cuando la imagen empezó a tener vida, Juan abrió los ojos y se encontró mirando la oscuridad de su cuarto. Sudaba. El mismo sueño cada noche, y el mismo temor.
Se secó el sudor con el embozo de la sábana, pero no se destapó a pesar del calor. Intentó relajarse durante unos momentos pensando en el buen café que se iba a hacer. Casi lo olía. Debía estar amaneciendo porque distinguía ya el perfil del armario. Hizo ademán de levantarse cuando sintió el abrazo de Julia. Llevaban tan poco tiempo viviendo juntos que a veces se olvidaba de que ella estaba allí. Le alivió no encontrarse solo. Besó sus labios y se abrazó a ella entrelazando piernas y brazos. De niño le habían dicho que la mejor forma de olvidar un sueño era contarlo inmediatamente. Aquello funcionó durante unos años pero dudaba que en ese momento surtiera efecto. Estuvo a punto algunas noches de contárselo a Julia. Pero decidió que no. Además, para eso estaban las sesiones del psicólogo. Debía insistir en esta visión, en este sueño recurrente, e intentar descifrarlo. Siempre lo mismo, las mismas palabras: ¡Vanessa Cardui! y una mariposa que inicia el vuelo y espolvorea los colores de sus alas sobre el rostro de la mujer del cuadro. Y, como siempre, comienza a cobrar vida y él se horroriza y se despierta. ¿Por qué? ¿Quién es ella?.
Decidió levantarse, ir al estudio y escribir: “La mariposa levantó el vuelo sin molestar al aire, y con su brisa de abanico entre las alas, acarició el rostro de la dama pintada en el lienzo…” Al terminar aquellas frases recordó que su mujer tenía algún libro antiguo sobre interpretación de los sueños. A él le parecía una bobada ese tipo de cosas pero, por qué no, a lo mejor podía descifrar algo. Buscó en las estanterías y encontró tres libros. En uno de ellos decía que las mariposas están asociadas con la imprudencia, pero que verlas volar anuncia éxito, popularidad y buenas noticias de amigos lejanos. En otro libro tan solo decía: amorío, aventura galante. El tercero no decía nada...

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